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Entrene a su niño para usar el baño

El control del intestino y la vejiga es una habilidad necesaria socialmente. Para entrenar a su niño usted necesita tiempo, paciencia y comprensión. La primera y más importante regla es no apresurar a su niño a usar el baño. El niño debe estar listo.

No existe una edad específica para que el niño aprenda a usar el baño; esto depende de la madurez física y sicológica del niño. Un niño menor de 12 meses no tiene control sobre sus intestinos y su vejiga, y continuará teniendo poco control durante los siguientes 6 meses. Entre los 18 meses y los 2 años, un niño puede mostrar signos de estar listo, pero hay niños que no están listos hasta los 30 meses o después.

Su niño debe poder controlar los músculos que regulan el intestino y la vejiga para poder aprender a ir al baño. Es importante además que se pueda desvestir rápidamente y sepa dónde encontrar la bacinica. Además debe estar listo emocionalmente; el niño debe estar deseoso de cooperar, y no debe obligársele si muestra miedo. Si su niño protesta vigorosamente es mejor esperar un poco.

Los problemas en el hogar pueden hacer que el niño no aprenda. Es mejor esperar si ocurre alguna de las siguientes situaciones en la casa:

- La familia acaba de mudarse de casa o se va a mudar pronto.
- Se espera un nuevo bebé pronto, o hay uno recién nacido.
- Hay alguna enfermedad grave o muerte en la familia o alguna otra crisis familiar.

Sin embargo, si su niño está progresando sin problemas, no hay necesidad de detener el entrenamiento.

Trate de evitar una lucha de poderes. Los niños de esta edad, están siendo conscientes de su individualidad. Ellos buscan maneras de establecer su independencia. Algunos niños demuestran su poder deteniendo los movimientos intestinales.

La mejor manera de entrenar a su niño es de forma relajada y evitando enojarse. Recuerde que nadie puede controlar dónde y cuándo un niño va a orinar más que el niño mismo. Usted debe enseñar a su hijo el comportamiento adecuado como parte del ir creciendo.

Los siguientes signos indican que el niño está listo para ser entrenado:

- Su niño permanece seco por lo menos 2 horas durante el día y está seco después de la siesta.
- Los movimientos intestinales son regulares y predecibles.
- La expresión facial, la postura o palabras, revelan que el niño desea orinar o defecar.
- Su niño puede seguir instrucciones verbales sencillas.
- Su niño puede caminar hasta el baño, desvestirse y volverse a vestir.
- Su niño está incómodo con el pañal sucio y pide que se lo cambie.
- Su niño pide usar el WC o la bacinica.
- Su niño desea usar ropa interior para mayorcitos.

COMO ENSEÑAR A SU NIÑO:



PASO 1: Usted debe decidir con qué palabras designar cada parte del cuerpo, orinar y defecar. Recuerde que otras personas escucharán estas palabras; es mejor utilizar términos que no ofendan, confundan o apenen a otras personas. Evite utilizar palabras como "apestoso" o "cochino" para designar productos de deshecho. Los términos negativos pueden hacer que el niño se sienta avergonzado. Los movimientos intestinales y la orina deben ser tratados de manera normal y natural. Su niño puede intentar jugar con las heces; no lo haga sentirse ofendido o culpable, simplemente infórmele que no debe jugar con eso.

PASO 2: Cuando haya decidido entrenar a su niño, seleccione una bacinica, o entrenador, que sea fácil de usar por un niño pequeño, y que sus pies alcancen el piso. Los niños se interesan frecuentemente por las actividades de la familia en la baño, a veces es conveniente que observen a otros miembros de la familia usar el baño; de esta manera se incentivan a hacer lo mismo. Si es posible, las madres deben enseñar a las niñas y los padres a los niños; pero también pueden aprender de hermanos mayores u otros familiares.

PASO 3: Exhorte a su niño a decirle cuando desee orinar o defecar; por lo general el niño le informará de su pañal sucio después de orinar o defecar; éste es el primer paso para reconocer estas funciones corporales. Alabe a su niño por decírselo y sugiera que la próxima vez le avise antes. Antes de defecar, su niño puede hacer algunos sonidos como gruñidos, o dejar de jugar por unos momentos, o a veces se ponen rojos de la cara al pujar. Explique a su niño que probablemente va a hacer popo y es tiempo de usar el baño. Frecuentemente el niño se tarda más en reconocer la orina que los movimientos intestinales; muchos niños no tienen control de la vejiga por muchos meses después de que aprendieron a controlar el intestino. Algunos aprenden primero a controlar la vejiga. Muchos niños aprenden a orinar sentados y después aprenden a hacerlo de pie. Recuerde que cada niño es diferente.

PASO 4: Cuando su niño exprese interés en orinar o utilizar el baño, llévelo de inmediato. Manténgalo sentado en la bacinica por pocos minutos cada vez. Explique qué desea Usted que suceda. Sea alegre y natural. Si el niño protesta enérgicamente, no insista, es mejor esperar. A veces es útil llevarlos a la bacinica como parte de la rutina diaria del niño, después de las comidas o antes de la siesta. Recuerde que no se puede controlar cuándo el niño desea ir al baño. El éxito del entrenamiento depende de enseñarlo al ritmo adecuado para el niño; Usted debe apoyar los esfuerzos del niño. No trate de forzar resultados rápidos. Cuando haya éxito, elogie al niño y abrácelo. Si ocurre algún error, pórtese de manera natural y no se enoje. El castigo hará que el niño se desilusione y el proceso tomará más tiempo.
Enseñe al niño hábitos higiénicos adecuados; enséñele a limpiarse correctamente. (Las niñas deberán limpiarse de adelante hacia atrás para evitar infecciones de la vejiga y de la vagina). Asegúrese de que se laven las manos después. Algunos niños piensan que sus deshechos son parte de su cuerpo; el ver que se los tira puede asustarlos; algunos se asustan si se jala el baño mientras están sentados. Los padres deben explicar lo que son los deshechos corporales. Para darle al niño una sensación de control, permita que él jale el baño. Esto hará que se pierda el temor al sonido del agua y a la desaparición de las heces.

PASO 5: Una vez que el niño ha conseguido éxitos repetidos, se debe reforzar el uso de los calzones entrenadores. Este momento será especial. Su niño se mostrará satisfecho de este símbolo de confianza. Sin embargo, esté preparada para "accidentes". Puede tomar semanas, incluso meses, antes de que el entrenamiento sea completo. Durante este período es conveniente continuar con la rutina de llevar al niño a la bacinica en momentos específicos del día. Si el niño tiene éxito, es una oportunidad para elogiarlo y alentarlo. Si no, de todas maneras es una buena práctica.
Al principio, muchos niños orinarán o defecarán justo cuando se levantan de la bacinica. Puede tomar tiempo para que el niño aprenda a relajar los músculos que controlan los intestinos y la vejiga. Si estos "accidentes" ocurren muy seguido, su niño no está listo para el entrenamiento.
Algunas veces el niño pedirá un pañal cuando necesita defecar y podrá ir a algún lugar en privado. En vez de considerar esto un fracaso, elogie al niño por reconocer los movimientos intestinales. Sugiera que se quede en el baño de pie, con el pañal puesto, y después haga que se siente en la bacinica, todavía con el pañal puesto; y finalmente que se siente sin el pañal.
Los patrones de defecación varían; algunos niños tienen movimientos intestinales 2 ó 3 veces al día. Otros pueden tardar de 2 a 3 días entre cada movimiento intestinal. Es más fácil si el niño tiene una dieta conveniente que produce heces suaves.

Los intentos exagerados para el entrenamiento pueden resultar en diarreas o estreñimientos.

Consulte a su pediatra si el niño presenta cambios en la naturaleza de las heces o si presenta molestias. Nunca use lavativas, supositorios o enemas que no sean prescritos por el médico.

La mayoría de los niños alcanzan control absoluto durante el día a los 3 o 4 años de edad. Si después de esta edad continúan ensuciándose, coméntelo con el pediatra.

Puede tomar varios meses o años antes de que el niño tenga el mismo control por las noches. La mayoría de las niñas y el 75% de los niños permanecen secos por la noche a la edad de 5 años. Si su niño continúa mojándose por la noche después de los 5 años, consulte a su pediatra.

Por lo general el niño le hará saber cuando puede cambiar de la bacinica al WC. Asegúrese de que su niño tiene la altura suficiente, y practique con él.

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