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La importancia del desayuno

Un desayuno bien planificado asegura el aporte de nutrientes a través de los alimentos para afrontar el día con energía y no tener déficits de glucosa que repercuten negativamente en el rendimiento físico y escolar. Hay que tener en cuenta que el organismo lleva entre 10 y 12 horas sin recibir ningún alimento.

Recomendamos que antes de iniciar una dieta, se visite a un médico especializado, para que él haga un examen detallado del estado de nuestro organismo y recomiende si nos podemos someter a dieta en ese momento.
Conviene que el niño se levante con tiempo y dedique los primeros minutos a las actividades de aseo y cuidado personal antes, para así generar sensación de hambre.
Cualquier persona que realice un buen desayuno, mejorará su estado nutritivo y también su rendimiento.

Mejora de su estado nutritivo. Tomar un buen desayuno ayuda a tener ingestas más altas de la mayor parte de los nutrientes que el organismo precisa a lo largo del día. Los niños y jóvenes que no desayunan suelen tener una dieta de peor calidad, mientras que quienes lo hacen adecuadamente, suelen hacer una dieta menos grasa, más rica en carbohidratos, fibra, vitaminas y minerales…

Control del peso. La práctica de repartir las calorías durante el día en 4 ó 5 tomas hará que no se sobrecargue el resto de las comidas del día. Un desayuno adecuado, ayuda a reducir el contenido graso de la dieta diaria y contribuye a evitar que se pique entre horas, factor muy importante a la hora de controlar el peso.

Rendimiento escolar, físico e intelectual. Quienes no desayunan ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo (descenso de la insulina y aumento de cortisol, catecolaminas…) para mantener la glucemia a niveles aceptables. Estos cambios hormonales pueden alterar o condicionar la conducta e influir negativamente en el rendimiento físico y escolar.
No desayunar es una mala costumbre. Un buen desayuno debe contener raciones de los grupos básicos de los alimentos:
- Farináceos: pan, cereales, tostadas, galletas… proporcionan hidratos de carbono de absorción lenta que aportan energía y, vitaminas y minerales.
- Lácteos: leche o yogur o queso por su contenido en proteínas y calcio, vitamina A, D y vitaminas del grupo B.
- Fruta: contiene hidratos de carbono de absorción rápida, agua, vitaminas, minerales y fibra.
- Otros: queso, jamón… ricos en proteínas de alta calidad.

En total el desayuno debe suponer entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día.

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