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La respuesta sexual

La respuesta sexual tanto masculina como femenina se compone de cinco elementos que se manifiestan de distintas maneras según el sexo, siendo estos: el deseo sexual, la excitación, la fase de meseta, el orgasmo y la resolución. En el varón, el período de resolución tiene un espacio de tiempo que se llama periodo refractario absoluto, que es aquel período en que no se puede producir una eyaculación, independiente de la estimulación sexual que se presente.

El deseo sexual está influido por una serie de elementos, que pueden ser orgánicos, psicológicos, cognitivos y ambientales.

La motivación juega un rol no despreciable, ya que no es simplemente la necesidad de satisfacer una necesidad biológica, sino que debe existir una conexión con el otro, de sentirse amado, seguro, acompañado, siendo estos una serie de elementos que llevan al individuo a sentir deseo sexual por su pareja y la no presencia de este deseo debe entenderse bajo la óptica de que existen múltiples elementos que lo condicionan y que deben ser aclarados con el fin de dar una solución precisa al problema.

La excitación sexual se puede desencadenar por un sinnúmero de mecanismos que estimulen cualquiera de nuestros sentidos y van en directa relación con las experiencias vividas. Esto desencadena una respuesta fisiológica tanto en el hombre como en la mujer.

En el hombre se produce la señal más visible y que es la erección peneana, y esta se produce fundamentalmente por un cambio en la circulación arterial y venosa, en respuesta a un estímulo nervioso. En relación a la rapidez con que se alcanza la erección depende de cada individuo, pero los jóvenes tienden a tener erecciones más rápidas que los de mayor edad, que requieren de mayor estímulo para lograrla, sin que esto sea un hecho patológico. También se debe señalar que durante el juego erótico, la erección puede disminuir o incluso perderse, pero esto es parte de la respuesta normal; ahora si esto se produce con mayor frecuencia e impide tener una vida sexual activa y satisfactoria, ya se ha transformado en un hecho patológico que puede ser orgánico o funcional y que debe ser manejado por el especialista. Otros cambios ha mencionar son: la contracción sostenida del Dartos en el escroto, que se traduce en el ascenso testicular, el aumento del ritmo cardiaco, de la presión arterial y del tono neuromuscular en
general.

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