¿Cuando debo llevar a mi hija al Ginecologo?
Hace 6 añosWebMaster

Alrededor de los 11 años, ya que aproximadamente a esas edad comienzan las modificaciones del esquema corporal relacionadas con el inicio de la pubertad. Las mismas se acompañan de cambios psicológicos y sociales propios de esta etapa, lo que lleva a la púber a crear vínculos diferentes con su familia, amigos, docentes y médicos. Los especialistas en ginecología de la niña y de la adolescente (infanto-juvenil) tenemos en cuenta todos los aspectos antes mencionados para la atención integral de la paciente y por ello el manejo de la consulta difiere de la adulta.
La función del ginecologo infanto-juvenil consiste, además del diagnostico y tratamiento de patologías ginecológicas, en:
Acompañar a la paciente en su crecimiento y desarrollo. Educar, o sea, informar acerca de la higiene menstrual y despejar dudas acerca de la normalidad o no de modificaciones corporales (que suelen crear gran preocupación).
Hacer prevención: para poder encarar los problemas propios de esta difícil etapa desde el inicio: trastornos de la alimentación (anorexia-bulimia), abuso sexual, alcoholismo, tabaquismo, consumo de drogas, embarazo inoportuno, etc.
Generar o dejar espacio abierto propio de la púberta o adolescente en el cual se sienta cómoda, contenida y que le permita recurrir ante cualquier inquietud o preocupación en el futuro (anticoncepción, prevención de enfermedades de transmisión sexual, SIDA, etc.).
Es probable que pensar en llevar a su hija por primera vez al ginecólogo le genere temor, pero si lo supera y piensa todo los anteriormente explicado, se dará cuenta que, al contrario, se sentirá mas tranquila (y también su hija) con el respaldo de un profesional especializado.
La función del ginecologo infanto-juvenil consiste, además del diagnostico y tratamiento de patologías ginecológicas, en:
Acompañar a la paciente en su crecimiento y desarrollo. Educar, o sea, informar acerca de la higiene menstrual y despejar dudas acerca de la normalidad o no de modificaciones corporales (que suelen crear gran preocupación).
Hacer prevención: para poder encarar los problemas propios de esta difícil etapa desde el inicio: trastornos de la alimentación (anorexia-bulimia), abuso sexual, alcoholismo, tabaquismo, consumo de drogas, embarazo inoportuno, etc.
Generar o dejar espacio abierto propio de la púberta o adolescente en el cual se sienta cómoda, contenida y que le permita recurrir ante cualquier inquietud o preocupación en el futuro (anticoncepción, prevención de enfermedades de transmisión sexual, SIDA, etc.).
Es probable que pensar en llevar a su hija por primera vez al ginecólogo le genere temor, pero si lo supera y piensa todo los anteriormente explicado, se dará cuenta que, al contrario, se sentirá mas tranquila (y también su hija) con el respaldo de un profesional especializado.