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La intolerancia

Hace 6 añosWebMaster
"Te ves mal", "no sirves para nada", "pareces una antigüedad", "no los soporto"... Son frases típicas de personas cuyo sentido de vida es criticar sin medir las consecuencias.

Quienes critican no se dan cuenta de que existe mucho más de positivo en las personas de lo que puedan pensar, pero en muchas ocasiones se sienten atraídos más bien por el defecto, por lo negativo. El... Ver más problema es que cualquiera que critique va a penetrar en las emociones del otro, hiriendo su sensibilidad o golpeando su autoestima.

Aceptar la discrepancia


"Cada persona ha aprendido, grabado y aceptado, a lo largo de la vida, patrones, pautas fijas acerca de lo que debe ver como bueno, agradable, sano o adecuado, así como lo que debe procesar desde el prejuicio de desagradable, inadecuado, enfermizo y feo. Por ello, es muy difícil pretender que todos estemos de acuerdo o que entendamos y valoremos la vida de forma similar", señala el autor Yagosesky. "Cada cabeza es un mundo", lo que a unos les molesta a otros les gusta, lo que a algunos nos asusta a otros los entusiasma, y cosas que nunca haríamos, otros las hacen a diario.

Entonces, si está comprobado que somos realmente diferentes, parece ilógico ser tan desconsiderados e intolerantes ante las diferencias de criterio o personalidad. La filósofo Amalia Gómez plantea que "el aprendizaje de la tolerancia es un ejercicio continuado de asumir la posibilidad de discrepar. Pero, sobre todo, hay que hacerlo tratando de comprender las razones que llevan a nuestro interlocutor a posiciones distintas y distantes de las propias. En ocasiones se dice: 'Yo contigo no hablo de este u otro asunto', como si tener opiniones contrapuestas fuera un muro en la relación personal, laboral o de vecindad".

La realidad es que todo proceso de exclusión o rechazo se basa en el miedo. Tememos lo nuevo, lo distinto, lo desconocido, lo que no logramos comprender, explicar o manejar, y los individuos intolerantes suelen enfermarse con mayor facilidad que el resto de las personas, resulta más difícil estar con ellos, son desconsiderados con los demás, se portan como víctimas que culpan a los otros de sus males, son dominadores, tienden a ser fácilmente violentos y ofensivos, suelen exagerar los hechos y reaccionan con comportamientos automáticos de los cuales luego se arrepienten.

Yagosesky explica: "La intolerancia puede ser aprendida en la casa o en la escuela. En los hogares segregadores, en los que se cree que algunos son superiores y deben mandar, y algunos son inferiores y deben obedecer, la intolerancia se instala legitimada, aceptada y avalada. El machismo, el feminismo, el racismo se basan en la intolerancia".

Para combatir nuestra personal intolerancia, es esencial respetar a todos los seres, aceptar que todos podemos equivocarnos y que ésa es la forma usual de aprender, por ensayo y error. Buscarle a todo el lado positivo y agregarle una dosis de buen humor. Y, sobre todo, aceptar la discrepancia, éste es el principio del aprendizaje de la convivencia y de la relación interpersonal. Como dice Amalia Gómez: "Siempre se está a tiempo de aprender a discrepar, que viene a ser como el inicio del ejercicio de la tolerancia".

No se trata de hacer dejación de lo que uno piensa o siente, sino que es nada más y nada menos que encontrarnos a través de la palabra con los que piensan o sienten de manera distinta.... Ver menos

Consigue confiar en ¡Ti Mismo!

Hace 6 añosWebMaster
Esta cualidad es indispensable hoy en día. Seguro que en alguna ocasión has envidiado a personas que tienen un alto grado de confianza en sí mismas (cuidado!, con esto no quiero decir que sean egocéntricas y se crean superiores a los demás). Saben lo que quieren, y creen en sus posibilidades de conseguirlo, creen en sus capacidades.

Daniel Goleman, en su libro "La... Ver más Inteligencia Emocional", comenta que en los estudios que se han hecho siguiendo la trayectoria profesional de un gran número de personas, aquellas que poseían más confianza en sí mismas habían cosechado más éxitos. De hecho, este factor era más importante que la inteligencia o el rendimiento escolar.

Esta es una habilidad que podemos llegar a aprender, no se "nace" con ella. Puede que nuestros padres por ignorancia o por problemas personales no nos la hayan inculcado, pero eso no es irreversible. No podemos cambiar esta característica en pocos días, pero con constancia podemos obtener buenos resultados.

Lleva un diario de tus "logros" personales. No digas que no haces nada interesante. No estamos hablando de ganar una medalla o un premio. Son muy importantes los pequeños éxitos diarios, el consejo que diste sabiamente a quien lo necesitaba, la resolución exitosa de una negociación en el trabajo... Si no valoras eso te estás haciendo un flaco favor a ti mismo.

Llevar un diario te ayuda a reconocerlos. Cada vez que te sientas un poco "depre" podrás hechar mano de esta especie de Curriculum privado de logros.

Dedica algún tiempo a una afición que realmente te guste. Si no la tienes aún, prueba con alguna actividad (escribe un pequeño relato, realiza manualidades, haz deporte...). Es más importante de lo que pensamos contar con un tiempo para nosotros.

Traza planes para cambiar las áreas de tu vida que no te gustan. No te conformes. Mereces una vida divertida, excitante. Revisa tu trabajo, tus relaciones sociales, de pareja ¿te gustan?, ¿qué cambiarías de ellas?. No te quedes esperando que las cosas cambien, haz algo para que así suceda.

No te prives tanto de experiencias y cosas que te gusten. Concédete algún capricho de vez en cuando. Si te gustan esa prenda de vestir o esos zapatos ¡cómpralos!. Y prémiate cada vez que consigas algún logro. Esto tiene un doble efecto, aumenta tu autoestima, y refuerza la motivación por el objetivo que te has marcado.

Antes de una prueba, examen, y cada vez que sientas temor repite para tus adentros "yo soy capaz de..." (yo soy capaz de hablar en público, yo soy capaz de hacer este examen oral...).

El tener una sana autoestima es un proceso continuo. Tenemos que luchar día a día por mantener lo conseguido, y mejorarla aún más, pero, desde luego merece la pena. Ver menos

Hombres y mujeres... ¿amigos?

Hace 6 añosWebMaster
Los seres humanos somos seres gregarios, vivimos en sociedad y más allá de nuestros miembros familiares, los amigos forman un papel importante en la vida de todos nosotros. Tener amigos nos sirve de refugio donde, en caso de necesidad, podemos encontrar ayuda y consuelo sin tener que dar nada a cambio. La amistad no es posesión, ni exigencias, ni obligaciones sino libertad y apoyo mutuo.
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Si no es así, quizás no sea una verdadera amistad lo que tenemos.

El significado de la amistad y el tener amigos es algo que se instaura en la infancia y estas primeras adquisiciones influyen en su desarrollo posterior. Al principio el niño se relaciona básicamente con su familia más íntima, padres, hermanos, tíos, primos.

Pero, poco a poco, sobretodo gracias a la escuela, el niño inicia su socialización entablando lazos afectivos fuera del hogar. Descubre a otros niños de su edad, con otras características, algunas iguales y otras diferentes a él.

Aprende a compartir, a confiar y a querer a personas de su misma edad. Establece un doble vínculo y esto hace que la personalidad del niño influya claramente en el desarrollo de sus amistades y éstas, a su vez, también lo hacen sobre su personalidad.

En esta etapa, es fundamental el aprendizaje que se logre a partir de los padres, de sus amigos y de la relación que tengan con ellos. Es más fácil que un niño tenga amigos en una familia en la que se valoran y potencian los lazos de amistad.

En la adolescencia, el joven afianza su identidad a través de identificación con su grupo de pares, la relativa separación del grupo familiar y forma su imagen personal.

El adolescente, necesita a alguien de su misma edad y sexo, para compartir la pesada carga, de todas las dudas que le surgen constantemente. Ha de ser alguien que él vea como 'un igual', con sus mismos problemas e inquietudes. Por eso no vale como amigo un padre o profesor, ya que éstos están investidos de una autoridad aunque no lo pretendan. Además los padres y profesores tienen otro papel muy importante y necesario en la vida del adolescente.

El adolescente escogerá como amigo a aquella persona con la que el puede identificarse. No necesariamente es que el amigo sea igual a uno mismo, es suficiente con que sea percibido similar. También se desea como amigo, a las personas populares dentro del grupo. En algunas ocasiones, se prefiere como amigo a aquella persona que tiene valores complementarios. Se sugiere que los padres fomenten las relaciones sociales en los hijos, que les enseñen cómo conocer gente y hacer amigos.

Se ha demostrado que aquellos jóvenes que no saben relacionarse con sus iguales en edades tempranas, suelen tener dificultades serias en la edad adulta.

Por lo que facilitar el que el hijo venga a casa con sus amigos es muy positivo y además, nos permite conocer quiénes son y cuales son sus valores y creencias.

Hombres y mujeres... ¿Amigos?


Si bien puede resultar complicado, hombres y mujeres pueden convertirse en amigos. Es más, tienen buenas razones para hacerlo.

Existen cuatro desafíos para la amistad entre hombre y mujer:

- Definir la relación.
- Manejar la atracción sexual.
- Verse entre sí como iguales, y
- Enfrentar las preguntas, del tipo "¿En serio son nada más amigos?".

Más recientemente, se añadió una quinta regla: Conocerse. La amistad entre hombre y mujer sí tiene algo en común con las relaciones amorosas. Para que funcione, es esencial la comunicación. Además ambos sexos se logran beneficiar de sus diferencias, los hombres se reúnen para practicar deportes, viajar o hablar de los precios de las acciones y pocas veces comparten sentimientos o reflexiones personales. Cosas que si hacen además de hablar y comunicarse, los hombres y mujeres amigos. Otras actividades que prefieren, son salir a cenar y simplemente conversar.

Amor y amistad




El amor es un sentimiento íntimamente unido a la amistad. Todos necesitamos dar y recibir amor. Es una capacidad de índole superior para la que el ser humano está ampliamente dotado, a la vez que constituye una necesidad.

Una existencia sin amor supone un vacío en una parcela importante de nuestra vida psíquica. A lo largo de la existencia vamos estableciendo numerosas relaciones interpersonales en las que volcamos nuestro afecto, de una forma más o menos intensa, dependiendo de la afinidad que sentimos por esas personas, de la intensidad y frecuencia de la relación y de la reciprocidad afectiva que advertimos en ellos. De forma más o menos inconsciente, damos cariño esperando que éste obtenga cierta resonancia en la persona querida, de tal modo que esta persona también nos dé cariño a nosotros, lo que supone un reconocimiento, una reciprocidad y el establecimiento de un vínculo afectivo como es la amistad.

En toda buena relación amistosa existen al menos dos de los tres componentes que también existen en toda relación amorosa: Intimidad, pasión y compromiso. La intimidad no se refiere a intimidad sexual, sino más bien a la intimidad emocional, que es la capacidad de revelar tus secretos más profundos, con todas sus imperfecciones a otra persona. Pero la intimidad en si misma no mantiene el amor.

Es necesario que estas dos personas se sientan atraídas, y en la amistad entre hombres y mujeres muchas veces esto es lo primero que sucede.

Los hombres indican con mayor frecuencia que la atracción sexual es la razón principal para iniciar una amistad y que, incluso, podía profundizarla.

Pero, a la larga se logra sublimar este sentimiento o manejarlo a través de la comunicación, y esto permite disminuir la tensión sexual entre ambos. Finalmente, el compromiso es un componente fundamental en este tipo de relación.

Tiene diversas etapas, en la primera, la relación es importante y ambas personas piensan continuarla, dedicándole tiempo y tratándola con cierto grado de respeto.

Esta etapa hace que los miembros de esta relación amistosa planeen encuentros asiduos, se contesten llamadas telefónicas y estén deseosos de hacer planes para encuentros futuros. Pero a diferencia de las relaciones amorosas esto no implica exclusividad, y les permite tener relaciones sentimentales con otras personas e incluso dialogar sobre ellas. De manera que la frase "amigo ratón del queso", en algunas personas pareciera no cumplirse y logran vencer el escepticismo social en relación a que entre una mujer y un hombre puede haber "solo una simple amistad".
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La televisión y la familia

Hace 6 añosWebMaster
Se ha responsabilizado en muchas ocasiones a la televisión de ser la causante directa de la falta de comunicación entre los miembros de la familia.

Sin embargo, no hay referencias de investigaciones que demuestren que los miembros de la familia se comunicaban más entre sí antes de 1950 que en la actualidad, ni que la vida comunal era más participativa sin la televisión. Lo que... Ver más sí es cierto es que la televisión aparece en momentos en que comienza a sedimentarse un intenso proceso urbano, iniciado pocos años antes, y que implicó cambios drásticos en la forma de vida, tanto al nivel de la familia como de la comunidad, y entre los cuales aparece la forma de comunicarse.

La vida de la familia, en la mayoría de los países, se ha visto afectada en su estructura y dinámica por estos cambios producto de la urbanización. Los miembros de la familia urbana tienen menos tiempo para compartir entre ellos, debido a la concurrencia de factores extrafamiliares, como son: La diversidad de horarios de sus miembros, las distancias desde el hogar a los sitios de trabajo y estudio, las dificultades de tránsito, las múltiples ofertas para satisfacer sus necesidades de recreación, entre muchos otros. Si a esto se agrega la restricción del espacio, las dificultades económicas y, en general, la gran cantidad de demandas y tensiones a las que tienen que enfrentarse los habitantes de las grandes urbes, se encuentran razones más poderosas y complejas que la presencia de la televisión para explicar el por qué de la "pérdida" de la comunicación en la familia moderna.

¿Qué vamos a ver?



La toma de decisiones con respecto a la televisión se expresa a través de lo que Leichter y colaboradores han llamado "ritual de los episodios de la televisión". El conocimiento de este ritual permite comprender cómo se da esa dinámica en cada familia, ya que algunos miembros tienden a prender la televisión más que otros y pueden considerarse como los iniciadores, en contraste con los no iniciadores. De esta manera, el miembro de la familia identificado como el iniciador, suele ser también el líder en otras áreas.

Con relación a lo que vamos a ver, pareciera una decisión fácil, pero en realidad son complicadas formas de comunicación interpersonal que comprenden relaciones del estatus interfamiliar, el contexto temporal, el número de aparatos disponibles y normas acordadas. La familia, como cualquier otro sistema, funciona de acuerdo a ciertas normas que garantizan su funcionamiento y sirven para establecer límites. La exposición a la televisión se hace bajo ciertas pautas que rigen su funcionamiento y al mismo tiempo permite que la familia ejerza control sobre sus miembros.

Es posible trazar un continuo en relación con las normas, que va desde la familia "laissez-faire" a la familia "autoritaria". El primer tipo se caracteriza por normas muy flexibles o la ausencia de ellas, permitiendo que cualquier miembro de la familia haga uso de la televisión indiscriminadamente. En el otro polo se ubican familias con normas que deben ser respetadas estrictamente.

Familia y comunicación



La comunicación en la familia puede enriquecerse o empobrecerse a través de la exposición de la televisión, dependiendo del estilo de vida de la familia y las circunstancias. En algunos hogares la televisión permanece prendida tanto tiempo como pasa la familia en actividad, pero la comunicación de la familia no parece verse alterada por este hecho. Por el contrario, en algunas circunstancias lo que hace es incrementarla, algunos programas de interés para el grupo propician la invitación a que otros miembros de la casa se acerquen y comenten sobre lo sucedido en episodios o capítulos anteriores, o sobre lo que esté ocurriendo en la pantalla en ese momento. Por lo general, las mujeres y los niños hacen del ver televisión una oportunidad para comunicarse, mientras que los hombres son más silenciosos.

La existencia de un solo televisor en el hogar, contribuye a que el ver televisión sea una actividad compartida, lo cual promueve, además de oportunidades de conversación, el contacto físico entre los miembros de la familia. Cuando una familia decide colocar un televisor en cada una de las habitaciones de sus miembros, implícitamente está pautando el aislamiento entre ellos y cuando uno cierra la puerta o usa audífonos está indicando, sin hablar, que no quiere comunicarse con los demás. En ocasiones, el ver televisión produce un contacto físico que no se observa en otros momentos. Pero, así como la televisión puede generar comunicación de cualquier tipo entre los miembros de la familia, puede interrumpirla. El ver televisión puede ser una excusa para hablar sobre temas particulares, evitando comunicaciones más profundas o regulando las conversaciones en la familia.

Televisión y aprendizaje



Se ha demostrado que "la gente aprende por la televisión" y ésta puede afectar diferentes áreas del televidente: Cognitiva, emocional o conductual. Los psicólogos Bandura y Walters, a finales de la década de los setenta, investigaron los efectos de la exposición a conductas violentas. Sus resultados expresan que los niños participantes en sus experimentos tienden a repetir la conducta de los modelos, pocos minutos después de haberla observado. Este hecho se ha convertido en una poderosa evidencia acerca de los riesgos de la exposición a determinados contenidos de la televisión, particularmente aquellos que responden a conductas antisociales. Sin embargo, desde la década de los ochenta, algunos investigadores se han dedicado a explorar el potencial de la televisión cuando presenta actos pro sociales, bajo el supuesto de que si es posible aprender "lo malo", también es posible aprender "lo bueno". Autores como Bryan y Walbek respaldan esta tesis. Ellos estudiaron la influencia de conductas cooperativas
televisadas en niños de edad escolar, y encontraron que aquellos que observaron conductas altruistas imitaron esas conductas, asimismo Stein y Friederich han hallado, con respecto al aprendizaje de conductas no agresivas, que al observar a los modelos "pacíficos", los niños aprenden a autocontrolarse.

De manera que los problemas de la comunicación familiar suelen ser causados por múltiples factores, tanto intra como extrafamiliares. En todo caso, cuando la televisión se convierte en un recurso frecuente para evitar o interrumpir la comunicación en la familia, esto debe interpretarse como un síntoma de desequilibrio en el sistema familiar como un todo y no como una conducta aislada. Pero la televisión también es una oportunidad para el encuentro familiar, "el ver televisión es un hábito conveniente cuando se realiza en grupo". Ver menos

Estoy en crisis

Hace 6 añosWebMaster
Pensar en una vida libre de estrés resulta imposible en estos momentos. Por ello, debemos aprender a convivir con la crisis económica, política, y social que estamos viviendo.

El entorno social es duro, violento y nos provoca incertidumbre, angustia, rabia, desasosiego y estados alterados en nuestra forma de ser y sentir. No obstante debemos aclarar que no todo estrés es malo,... Ver más por el contrario se requiere más bien un nivel óptimo de estrés para poder funcionar normalmente.

Estrés bueno y malo



El estrés según la Organización Mundial de la Salud es el conjunto de reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción. Existe un grado de estrés que es bueno denominado "eutrés". Bajo esta condición, el estrés aumenta, pero también lo hace nuestra capacidad para enfrentar lo que lo causa. Como señala el Dr. Oscar Sapena, un buen estrés nos permite hacer algunas cosas de buen agrado o por lo menos en armonía con uno mismo y puede encontrarnos con la alegría perdida, el amor, el afecto y el trabajo creador. Es un estrés alentador y estimulante.

Un mal manejo del estrés disgusta o altera y exige demasiado al cuerpo. Hace que el trabajo parezca excesivo, agotador, desagradable, en condiciones de tensión. Aparece la tristeza, el fracaso, la pena, la frustración y la depresión. Este estrés "negativo" es llamado "distrés". Cuando existe estrés en exceso, nuestro organismo comienza a responder de una manera exagerada, impidiendo que nos desenvolvamos eficazmente, dañando nuestra salud. Mantener el equilibrio entre los estrés malo y bueno va a depender de muchos factores, pero también de la eficacia de nuestros mecanismos de enfrentamiento y de cómo llevemos la situación.

Estrés y Ambiente



Francisco J. Labrador, Catedrático de Modificación de Conducta de la Universidad Complutense de Madrid, explica que "la exposición a situaciones de estrés provoca la 'respuesta de estrés' que consiste en un importante aumento de la activación fisiológica y cognitiva (de pensamiento y razón), así como en la preparación del organismo para una intensa actividad motora. Estas respuestas favorecen una mejora en la percepción de la situación y sus demandas, un procesamiento más rápido y potente de la información disponible, posibilitan una mejor búsqueda de soluciones a las exigencias de la situación y preparan al organismo para actuar de forma más rápida y vigorosa ante los posibles requerimientos de la situación".

Algunas de las condiciones ambientales que pueden generar estrés de acuerdo a Labrador son la necesidad de adaptarse a una nueva situación, la incertidumbre, el no saber qué pasará, la falta de información o la imposibilidad de manejar la información que llega (rumores de todo tipo) y las demandas biológicas (físicas) excepcionales. Podríamos agregar otras cómo la falta de recursos económicos, falta de medicamentos esenciales a nuestra vida, colas interminables para obtener productos o los bienes indispensables para nuestra vida cotidiana y las situaciones de tensión crónica mantenidas.

En todo caso, las personas a lo largo de su vida atraviesan situaciones de crisis y cada crisis implica cambio, transformación además de la desestabilización. Pueden son traumáticas, sin embargo se presentan también en momentos felices, como en el caso del nacimiento de un niño, ganarse la lotería, mudarse de país casa o trabajo.

Ante estas situaciones de solicitudes excepcionales a nuestro cuerpo y mente, bien de tipo biológico o psicosocial, el organismo reacciona para adaptarse a ellas.

¿Qué hacer?



En estas situaciones de crisis lo peor que uno puede hacer es no hacer nada.

Las crisis nos ayudan a aprender y a crecer como personas. Ahora bien, al enfrentar una situación de crisis es importante estar preparados para que el impacto sea menor. No es lo mismo entrar en un cuarto oscuro en donde podamos tropezar con todo y hacernos daño, que entrar en el mismo cuarto oscuro con una linterna.

Tenemos que ser previsivos y planificar lo que vamos a hacer. Debemos evaluar y determinar cuáles son las fortalezas y las debilidades que tenemos, así como los recursos con los cuales contamos. Hay que hacer el esfuerzo de adaptarnos a las circunstancias por muy difícil que sea aunque estemos insatisfechos y no conformes. Esto implica utilizar la creatividad para sobrellevar la crisis lo mejor posible. Debemos trazar nuestros propios planes, sin olvidar que estamos inmersos en un grupo social del cual podemos aprender. Pero no debemos dejarnos llevar por los acontecimientos como una pluma en el viento. Programarnos día a día con frases positivas como "Feliz día, a pesar de todo". Esto ayuda a generar una actitud positiva ante la adversidad.

Podemos trasformar las emociones negativas en positivas: Antepongamos el valor al miedo, la actitud crítica ante la rabia y la esperanza a la desesperanza. Pasemos del pesimismo extremo a un optimismo razonable. Preparémonos para lo peor pero trabajemos para lo mejor.

Es importante utilizar herramientas antiestrés como la respiración profunda. Tómense su tiempo para relajarse y no se sientan culpables por hacerlo, ya que ello redundará en una mayor productividad durante el nuevo período de exigencia. Hagan un paréntesis de cinco minutos durante las tareas del día y miren lo más lejos posible para que descansen sus ojos, traten de poner sus mentes en blanco o piensen en situaciones que sean agradables, respiren profundo y, hasta donde puedan, mediten.

Comer ligero les permitirá sentirse mejor. También ayuda disminuir el consumo de sal. Los productos con cafeína así como el cigarrillo y el alcohol aumentarán el estrés. Hagan ejercicios regularmente. Organicen su agenda y dedíquenle un tiempo de calidad a las cosas y personas que les gusten, a la familia, a la pareja, a los hijos y a los amigos. Duerman al menos un promedio de ocho horas. Intenten establecer tiempos reales para las tareas pendientes. Traten de salir de sus casas para cumplir los compromisos, con tiempo suficiente para llegar a buena hora.

También comprométanse solamente a aquello que de verdad puedan cumplir. Aprenda a decir "no" y prémiense cuando alcancen las metas ya sean grandes o pequeñas que se hayan propuesto. Vale la pena intentar vivir feliz con el estrés por compañero, sobre todo en estos tiempos de tanta tensión.

Por último, no olvidarnos del mensaje divino "Ayúdate que yo te ayudare". Por esto, debemos hacer todo lo que este a nuestro alcance para que no nos quede ninguna duda de nuestro esfuerzo y pedirle a la Divina Providencia que nos acompañe y ayude. Ver menos

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